SUDÁN DEL SUR: Las partes enfrentadas reanudan las conversaciones de paz en paralelo a la persistencia de la violencia
Se reabren las conversaciones de paz entre los representantes del Gobierno de Salva Kiir y los del ex vicepresidente del país, Riek Machar, en Addis Abeba. Así, se ha reanudado la tercera sesión del proceso de paz de Sudán del Sur focalizado en el objetivo de promover un diálogo político que conduzca a un proceso de reconciliación nacional. La IGAD había pospuesto las conversaciones de paz hasta el 7 de abril para permitir la celebración de nuevas consultas. El jefe mediador para las conversaciones de paz de Sudán del Sur de la organización regional IGAD, Seyoum Mesfin, junto con otros enviados especiales, han llevado a cabo conversaciones con ambas partes y han realizado viajes a las capitales regionales para discutir con los líderes de los países miembros de la IGAD, de la UA, Naciones Unidas y otros socios para movilizar apoyos al proceso de paz. Las discusiones también han tratado las operaciones del Mecanismo de Verificación y Supervisión de la IGAD y el despliegue de una fuerza de protección regional, presentes en el terreno desde principios de abril, en Bor y en Bentiu. No obstante, diversos grupos de defensa de los derechos humanos y organizaciones humanitarias han expresado su preocupación por la crisis que atraviesa el país y, en particular, por las recientes atrocidades cometidas en Bentiu (capital del estado de Unidad), donde habrían muerto al menos 200 personas y otras 400 habrían sido heridas de gravedad como consecuencia de un ataque perpetrado por la facción opositora al Gobierno. La misión de Naciones Unidas en el país (UNMISS) denunció que los insurgentes perpetraron la matanza basándose en criterios étnicos y de nacionalidad. Los rebeldes cometieron la matanza contra la población civil refugiada en una mezquita, en una iglesia católica y en un complejo del PMA. Este grave ataque se suma a uno previo en el que resultó atacada una base de la ONU en la localidad de Bor, en el que murieron 48 personas. EEUU, la UE y el Consejo de Seguridad de la ONU han condenado los hechos y han amenazado con establecer sanciones contra los actores sursudaneses vinculados a estas atrocidades. Por su parte, los grupos rebeldes han reivindicado haber ejecutado a 510 soldados gubernamentales, incluyendo a un general del Ejército sursudanés, en los combates por el control de la capital del estado de Unidad, Bentiu. Esta localidad es estratégica por su proximidad a los campos petrolíferos, que los rebeldes pretenderían controlar, según han señalado fuentes militares gubernamentales. En paralelo, el presidente, Salva Kiir, ha forzado la dimisión del jefe del Estado Mayor, el general James Hoth Mai, ante su incapacidad para controlar la situación. Por último, cabe añadir que Sudán ha negado las acusaciones del Gobierno de Sudán del Sur según las cuales habría entrenado a los rebeldes sursudaneses. (Sudan Tribune, 17, 19, 24, 28/04/14; El País, 21/04/14)