UCRANIA: Se agrava la violencia en el este y las relaciones entre Occidente y Rusia, si bien el presidente ucraniano anuncia un acuerdo con Rusia para un proceso de alto el fuego
El conflicto armado entre el Ejército ucraniano y las fuerzas rebeldes pro-rusas continuó escalando gravemente en agosto, con cerca de 2.600 víctimas mortales entre abril y finales de agosto, según la ONU. A ello se suman unas 260.000 personas desplazadas internas –cifras de la ONU de 1 de septiembre, que evidenciaban un elevado ascenso frente a las 117.000 en la primera semana de agosto–, entre otros impactos. Además, un informe de la ONU señaló la existencia de graves abusos de derechos humanos cometidos por fuerzas rebeldes y gubernamentales. En el plano militar, durante el mes de agosto, el conflicto asistió en las primeras semanas a la preponderancia militar del Ejército ucraniano, que cercó las regiones de Donetsk y Lugansk y forzó la retirada de fuerzas rebeldes de diversas áreas. El incremento de choques agravó seriamente la situación humanitaria en esas regiones, multiplicándose el desplazamiento forzado. Rusia convocó una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad para abordar la situación humanitaria en la zona, mientras las fuerzas rebeldes instaron a un alto el fuego. Rusia y Ucrania pactaron un envío de ayuda humanitaria de Rusia a través del CICR, pero los recelos de que este pudiese camuflar apoyo armado a los rebeldes y las dificultades para verificar el contenido de los convoyes dieron paso a una crisis diplomática al respecto. Finalmente Rusia desplazó sin autorización ucraniana un centenar de camiones rusos de supuesta ayuda humanitaria. En los últimos días de agosto, las fuerzas rebeldes retomaron la iniciativa militar y forzaron la retirada de tropas del Ejército de zonas de Donetsk y Lugansk y asimismo abrieron un nuevo frente, tomando la ciudad portuaria de Novoazovsk (sudeste), en la costa del mar Azov. La población civil huyó también de la localidad vecina de Mariupol, también portuaria, ante la posibilidad de que la violencia se extendiera allí también. Ucrania denunció que Novoazovsk había sido tomado por tropas regulares rusas. También la OTAN acusó a finales de agosto a Rusia de enviar tropas y armamento dentro de Ucrania. Ante la escalda de violencia, hubo algunos intentos de diálogo durante el mes. Los presidentes ucraniano y ruso se reunieron en Minsk (Belarús) a finales de agosto, en la primera reunión directa desde junio, aunque sin resultados inmediatos. Hubo una nueva ronda negociadora el 1 de septiembre, que reunió a representantes de Ucrania, las fuerzas rebeldes, Rusia y mediadores de la OSCE en Minsk, sin que se anunciasen resultados. Finalmente, el presidente ucraniano anunció el 3 de septiembre un acuerdo con su homólogo ruso, Vladimir Putin, para un proceso de alto el fuego en el este de Ucrania. Putin señaló que esperaba que el alto el fuego se concretase en próximos días. El clima internacional se agravó también con las acusaciones de Occidente contra Rusia sobre sus supuestas acciones militares dentro de Ucrania, el aumento de sanciones mutuas, el anuncio de disposición de la OTAN de crear una fuerza de respuesta rápida contra una posible amenaza rusa en el este de Europa y la posición de Rusia de revisar su estrategia militar con respecto a la OTAN. En clave interna, el presidente ucraniano convocó elecciones anticipadas para el 28 de octubre. (BBC, El País, Reuters, ONU, OSCE, 1-31/08/14, 1-3/09/14)