TURQUÍA (SUDESTE): El líder del PKK hace un llamado a poner fin a cuatro décadas de lucha contra el Estado, mientras el presidente turco exige al grupo que renuncie a las armas
Dos años después del llamamiento al alto el fuego que ha acompañado al proceso de diálogo desde su inicio en 2013, el máximo líder del PKK, Abdullah Öcalan, hace un llamamiento a poner fin de manera definitiva a cuatro décadas de lucha armada contra el Estado turco. En su mensaje, transmitido por el movimiento kurdo en el marco de la celebración del Newroz (año nuevo kurdo), el dirigente kurdo enfatizó la necesidad de celebrar un congreso extraordinario con el propósito de detener la lucha armada contra el Estado y determinar las estrategias políticas y sociales adecuadas para un nuevo período. Según Öcalan, que ya había planteado la idea del congreso a la dirigencia del PKK a finales de febrero, este evento debería marcar el inicio de una nueva era. Con posterioridad, el co-fundador del PKK, Cemil Bayik, subrayó que las palabras de Öcalan no planteaban una novedad si se tenía en cuenta que desde 1993 el grupo había adoptado medidas unilaterales para avanzar hacia el fin de la lucha armada. En entrevista con al-Jazeera, Bayik matizó que la renuncia a las armas y resolución del problema a través de la lucha armada eran dos cuestiones diferentes. Dos días después del mensaje de Öcalan, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan, subrayó que el Gobierno no podría adoptar nuevos pasos en el marco del proceso de paz con el PKK a menos que la organización renunciara a las armas y exigió la adopción de medidas concretas. Previamente, el mandatario había bloqueado una iniciativa del propio gobierno turco que pretendía formar un comité de supervisión al proceso de paz con el PKK y que, según se había informado previamente, iba a estar integrado por entre cinco y seis personas encargadas de la implementación de los acuerdos relativos a la cuestión kurda. La decisión de Erdogan de no aprobar esta comisión generó desacuerdos dentro del propio partido oficialista e incluso algunas poco habituales críticas al mandatario. En este contexto, hacia finales de mes informaciones de prensa destacaron la puesta en marcha de una operación militar turca contra posiciones del PKK en el distrito de Mazzidagi y las declaraciones del jefe de las Fuerzas Armadas turcas, general Necdet Özel, que acusó al PKK de intentar legitimarse ante la comunidad internacional a través de su lucha contra ISIS. Estos hechos ensombrecieron algunas señales positivas sobre la marcha del proceso de paz en las semanas previas, incluyendo la comparencia pública conjunta del 28 de febrero entre representantes políticos del movimiento kurdo (diputado del HDP Sirri Sürreyya Önder, diputada del HDP Pervin Buldan) y del Gobierno (viceprimer ministro, Yalcin Akdogan, y ministro de Interior, Efkan Ala). En el marco de esta comparencia, Önder enumeró también 10 elementos considerados por Öcalan como centrales, e interpretados en diversos análisis como temas que deberán ser abordados en las negociaciones. Incluyen, entre otros, aspectos relativos a la política democrática, garantías legales de ciudadanía, dimensión socioeconómica, relaciones entre democracia y seguridad, soluciones legales para problemas que afectan a las mujeres, la cultura y la ecología, cuestiones identitarias y Constitución democrática. Diversos análisis han resaltado las dificultades que afronta el proceso ante el contexto electoral, con unas elecciones generales de gran trascendencia previstas para junio. (AFP,Hürriyet Daily News, Firat, 28/02/15- 25/03/15; Middle East Eye, 25/03/15; The Independent, 22/03/15)