HONDURAS: Asesinato de activista medioambiental conmociona al país
El 3 de marzo varios hombres armados han asesinado en su domicilio en La Esperanza, a la activista medioambientalista Berta Cáceres, líder de la organización Consejo de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH), en un ataque en el que también ha resultado herido Gustavo Castro, director de la organización mexicana Otros Mundos Chiapas. Cáceres había sido premiada en abril de 2015 con el galardón ecologista Goldman por su defensa contra la construcción de la presa hidroeléctrica sobre el rio Gualcarque en Agua Zarca, que amenazaba con desplazar a cientos de indígenas. La líder indígena lenca, contaba desde 2009 con medidas cautelares de protección –debido a que había recibido diferentes amenazas de muerte– facilitadas por la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH), quien ha exigido al Gobierno respuesta por la falta de protección de la activista. Su asesinato ha causado una gran conmoción e indignación en el país y ha generado muchas voces de solidaridad y de condena al mismo por parte de diferentes grupos de derechos humanos nacionales e internacionales, destacando organizaciones como Human Rights Watch, Amnistía Internacional, Amigos de la Tierra, Vía Campesina o Global Witness, quienes han exigido al Gobierno hondureño una investigación independiente para esclarecer los hechos, así como medidas para proteger a activistas hondureños. Posteriormente, el día 15 de marzo se ha reportado otro nuevo asesinato de un dirigente de COPINH, Nelson García, producido en el municipio de Rio Lindo, departamento de Cortés. Honduras es según la ONG Global Witness, el país del mundo más peligroso para las personas activistas defensoras del medioambiente, habiendo registrado al menos 109 personas asesinadas entre 2010 y 2015. La ONG Amnistía Internacional, en su informe anual sobre la situación de los Derechos Humanos en el mundo, también ha denunciado la violencia e intimidación a la que son sometidos por parte de agentes del Estado y delincuentes, diferentes colectivos hondureños, tales como las personas defensoras de Derechos Humanos, periodistas, funcionarios de la administración de Justicia, colectivo LGBTI, así como dirigentes indígenas, campesinos y afrodescendientes inmersos en conflictos de tierras. (Amnistía Internacional, 02/2016; EFE, 24/02/2016; Reuters, 03/03/2016; Global Witness, 04/03/2016; Criterio, 15/03/2016; El Faro, 16/03/2016)