El análisis de los impactos del coronavirus en Palestina desde una mirada de género deja en evidencia que las reivindicaciones de las activistas y colectivos feministas palestinos son aún más relevantes y urgentes, y permite constatar que un fenómeno como la pandemia no puede abordarse sin reconocer las discriminaciones y desigualdades estructurales preexistentes. En este caso, es ineludible tener en cuenta las opresiones y violencias resultantes de la ocupación y de las políticas de apartheid israelí y del sistema patriarcal dominante en Palestina, junto a otras variables específicas que condicionan las vidas y perspectivas de las mujeres y niñas palestinas. Ante el evidente deterioro que ha supuesto el impacto de la pandemia en ámbitos como el acceso a la salud, la situación económica y la violencia de género; y ante la persistente exclusión de las mujeres de los ámbitos de decisión -también en lo que respecta a la pandemia- cobran aun mayor fuerza algunas de las principales demandas de la agenda feminista palestina. Una agenda en construcción, que se articula desde la pluralidad de voces de la escena feminista palestina, pero que tiene entre sus principales reclamos comunes el establecimiento de un marco legal efectivo ante la violencia de género; la implementación real de los compromisos adquiridos en materia de igualdad de derechos y no discriminación; el derecho a la participación política, la incidencia en espacios de decisión y a no ser reprimidas por su activismo; y el reconocimiento de la interrelación entre las reivindicaciones feministas y la liberación de Palestina en la que se entrelazan cuerpos y territorio.
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