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Etiopía, la guerra que nunca te contaron

Entrevista a Josep Maria Royo. Universidad de La Laguna.

A poco más de 5900 kilómetros de Canarias, en el Cuerno de África, se encuentra Tigré, una de las once regiones étnicas que forma Etiopía. El 6 de noviembre del 2020, la guerra estalló en el lugar, provocando un enfrentamiento civil entre las autoridades tigrinas y el Gobierno Federal, compuesto por representantes de todas las regiones etíopes. En el 2020, siete millones de personas vivían en Tigré. Hoy, los datos indican que cerca de dos millones se desplazaron por la guerra. Y, la Unión Africana estima que 600 000 civiles murieron a lo largo del conflicto, cifras que convierten la guerra en una de las más mortales del siglo.

Durante la pandemia, el país sufrió un cambio gubernamental de gran magnitud. El Frente de Liberación Popular de Tigré (TPLF) convocó elecciones en la región, pese a la negativa del premio Nobel de la Paz y primer ministro de Etiopía, Abiy Ahmed, que las había cancelado por la situación pandémica. «La guerra estalló tras años de diferencias entre etnias que, finalmente, se han llevado al plano político», explica Beatriz González, integrante de la junta directiva de la ONG Abay Etiopía, y agrega que «así da comienzo una guerra civil con un trasfondo étnico».

Desde el inicio del conflicto armado, los servicios de ayuda humanitaria y de telecomunicaciones fueron bloqueados. El transporte, la falta de acceso a medicación y el apagón informativo pasaron a ser elementos diferenciales y categóricos de la guerra. «En los meses más duros fue imposible acceder a un visado ONG. El acceso a la zona de Tigré estaba prohibido, tanto para ONGs como para periodistas», asevera González. El cierre impuesto supuso el aislamiento de la localidad e impidió la entrada de comida y de medicamentos esenciales.

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