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Las Medidas de Confianza en el 2010

Vicenç Fisas, Director de la Escola de Cultura de Pau, Universitat Autònoma de Barcelona.

Las medidas de confianza (CBM por sus siglas en inglés) son aquellas medidas militares, políticas, sociales, humanitarias, culturales, económicas o diplomáticas encaminadas a disminuir la tensión entre dos partes enfrentadas o con intereses opuestos. Pueden ser la base de un proceso de paz, o constituir un complemento de otras políticas negociadoras. En todos los casos, sin embargo, permiten reducir los estereotipos negativos, calmar los ánimos encendidos y humanizar el conflicto. Su uso permite ambientar una negociación para tomar medidas más difíciles, allanando el camino.

En India y Pakistán, en el último decenio se han desarrollado numerosas medidas de confianza para encontrar una salida a la tensión de los dos países por su disputa de Cachemira, siendo la base esencial de su proceso de paz. En otros contextos conflictivos, han tenido un uso más parcial. En el 2010, por ejemplo, se han utilizado o propuesto medidas de confianza en contextos como Armenia-Azerbaiyán, Chipre, Colombia, Filipinas, India, Moldova , Sáhara Occidental y Turquía.

En Armenia-Azerbaiyán, a finales de abril, los líderes religiosos de los dos países hicieron un llamamiento a la resolución pacífica del conflicto durante un encuentro considerado histórico en la capital azerí, Baku. El cabeza de la iglesia armenia, Catholicos Garegin II, viajó a Azerbaiyán invitado por el líder musulmán suní de Azerbaiyán, Sheikh ul-Islam Allahshukur Pashazade, y por el líder de la iglesia ortodoxa rusa, el patriarca Kirill, en el marco de un encuentro mundial de líderes religiosos. Los tres mantuvieron una reunión conjunta, al margen del resto de sesiones, tras la cual emitieron una declaración conjunta instando a apoyar los esfuerzos de Armenia y Azerbaiyán y de los mediadores internacionales para solucionar el conflicto. Posteriormente, Garegin invitó a Pashazade a visitar Armenia.

En Chipre, la ONU organizó una cena en el mes de mayo con los líderes de las comunidades grecochipriota y turcochipriota, con sus respectivas parejas, en un restaurante de la zona de separación que divide a la capital y que patrulla de misión de la ONU, para conversar sobre las medidas a tomar para la reunificación de la isla. Las cenas se prodigaron igualmente en julio y agosto, en los domicilios particulares de ambos líderes, en lo que se ha denominado “diplomacia de las cenas”, una medida de confianza original que siempre ha dado excelentes resultados, como cualquier encuentro cara a cara en un ambiente de distensión. El líder grecochipriota, además, manifestó estar dispuesto a restaurar la parte antigua de la ciudad de Famagusta, vallada desde la invasión turca 1974, y que constituye un patrimonio cultural común. En octubre, finalmente, se reabrió un nuevo punto de cruce entre ambas comunidades (el paso de Limnitis/Yesilirmak), lo que facilitará el movimiento entre ambas poblaciones.

En Colombia, se han propuesto medidas humanitarias como la liberación de personas privadas de libertad por las guerrillas, el desminado de zonas o la entrega de menores soldado, como gestos de distensión para facilitar el reinicio de negociaciones entre el Gobierno y las guerrillas del ELN y las FARC. En la India, el grupo armado de oposición CPI-M ofreció en febrero un alto al fuego de 72 días, como medida previa a unas negociaciones de paz. Incluso, el ministro del Interior ofreció a los dirigentes de este grupo su número de teléfono directo para que le avisaran en cuanto estuvieran listos para negociar, ofrecimiento que fue respondido de la misma forma por el miembro del politburó maoísta Koteswar Rao “Kishan”. También en la India, en el estado de Assam, las autoridades liberaron a los dirigentes del ULFA encarcelados, como medida de confianza para asegurar unas negociaciones formales con dicho grupo.

En Filipinas, el negociador del National Democratic Front (brazo político de la guerrilla del NPA), Louis Jalandoni, se trasladó a finales de año a Manila para visitar a su familia, en un gesto de confianza hacia el nuevo Gobierno filipino, y como antesala favorable en cuanto a ambientación de las conversaciones informales que posteriormente tendrían lugar en Oslo, al ser Noruega el país facilitador de las negociaciones. En Moldova, las autoridades de Transdniestria propusieron al Gobierno central moldavo reanudar el tráfico ferroviario por la región independiente “de facto” y afirmaron que estaban dispuestos a realizar concesiones. En el Sáhara, a pesar de que las negociaciones sobre temas sustantivos están paralizadas entre Marruecos y el Frente Polisario, ambas partes han acordado mantener abiertas las líneas telefónicas de los campos de refugiados situados en Tindouf (Argelia), así como continuar con las visitas de las personas refugiadas a las zonas ocupadas de Marruecos, mediante un transporte aéreo o terrestre organizado por el ACNUR. En Turquía, finalmente, el alto al fuego unilateral decretado por la guerrilla pro kurda del PKK, desde principios de noviembre del 2010 hasta junio del 2011, ha de interpretarse igualmente como una medida de confianza para consolidar los acercamientos que el Gobierno turco mantiene con el grupo armado.

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Una propuesta para el fin del conflicto kurdo.

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