María Villellas, Investigadora de la Escola de Cultura de Pau, Universitat Autònoma de Barcelona.
ICIP
Introducción
En octubre de 2015, Naciones Unidas llevó a cabo un proceso de revisión de la implementación de la resolución 1325 sobre mujeres, paz y seguridad. 15 años después de su aprobación, lo que empezó siendo la primera resolución del Consejo de Seguridad relativa a esta cuestión se ha transformado en la agenda sobre mujeres, paz y seguridad, una amplia agenda de acción para la inclusión de las mujeres y la perspectiva de género en los esfuerzos de construcción de paz, integrada por ocho resoluciones del Consejo de Seguridad y numerosas herramientas complementarias nacionales y regionales. Para llevar a cabo esta revisión se ha elaborado un estudio global independiente, elaborado por Radhika Coomaraswamy y los Gobiernos han celebrado un debate abierto en el Consejo de Seguridad en el que han evaluado los progresos y presentado nuevos compromisos para seguir avanzando en la aplicación de la agenda. Por su parte, la sociedad civil, actor clave en este proceso, también ha llevado a cabo su propio proceso de evaluación constatando que a pesar de los avances y de la notoriedad adquirida por la agenda mujeres, paz y seguridad, la distancia entre los compromisos y la realidad todavía es demasiado amplia como para que pueda hacerse un balance en positivo. Las mujeres siguen ausentes de los procesos de paz y de los espacios de decisión, la violencia de género en los conflictos armados es una realidad flagrante que no recibe la atención suficiente y las tesis militaristas siguen prevaleciendo por encima de la prevención y de opciones de carácter transformador para superar los conflictos armados. Las organizaciones de mujeres iniciaron el proceso que desembocó en la aprobación de la resolución 1325 con el objetivo de fortalecer las herramientas de prevención de conflictos y construcción de paz para poner fin a las guerras. 15 años después, el espectro de actores que se ha sumado a esta agenda es enormemente amplio y los Gobiernos y Naciones Unidas han asumido un papel visible. Este informe hace un repaso del proceso de creación y consolidación de la agenda sobre mujeres, paz y seguridad y analiza algunos de los principales retos para su plena implementación.
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En octubre de 2015, Naciones Unidas llevó a cabo un proceso de revisión de la implementación de la resolución 1325 sobre mujeres, paz y seguridad. 15 años después de su aprobación, lo que empezó siendo la primera resolución del Consejo de Seguridad relativa a esta cuestión se ha transformado en la agenda sobre mujeres, paz y seguridad, una amplia agenda de acción para la inclusión de las mujeres y la perspectiva de género en los esfuerzos de construcción de paz, integrada por ocho resoluciones del Consejo de Seguridad y numerosas herramientas complementarias nacionales y regionales. Para llevar a cabo esta revisión se ha elaborado un estudio global independiente, elaborado por Radhika Coomaraswamy y los Gobiernos han celebrado un debate abierto en el Consejo de Seguridad en el que han evaluado los progresos y presentado nuevos compromisos para seguir avanzando en la aplicación de la agenda. Por su parte, la sociedad civil, actor clave en este proceso, también ha llevado a cabo su propio proceso de evaluación constatando que a pesar de los avances y de la notoriedad adquirida por la agenda mujeres, paz y seguridad, la distancia entre los compromisos y la realidad todavía es demasiado amplia como para que pueda hacerse un balance en positivo. Las mujeres siguen ausentes de los procesos de paz y de los espacios de decisión, la violencia de género en los conflictos armados es una realidad flagrante que no recibe la atención suficiente y las tesis militaristas siguen prevaleciendo por encima de la prevención y de opciones de carácter transformador para superar los conflictos armados. Las organizaciones de mujeres iniciaron el proceso que desembocó en la aprobación de la resolución 1325 con el objetivo de fortalecer las herramientas de prevención de conflictos y construcción de paz para poner fin a las guerras. 15 años después, el espectro de actores que se ha sumado a esta agenda es enormemente amplio y los Gobiernos y Naciones Unidas han asumido un papel visible. Este informe hace un repaso del proceso de creación y consolidación de la agenda sobre mujeres, paz y seguridad y analiza algunos de los principales retos para su plena implementación.
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