Escola de Cultura de Pau Universitat Autònoma de Barcelona
El Norte de Castilla
BARCELONA. La sociedad catalana lleva semanas subida en una ‘ola’ de sentimientos encontrados que han acabado, de forma casi irreversible, con el ‘seny’, el sentido de práctica tolerancia y respeto que les permitieron alcanzar las mejores cotas de prosperidad de todo el país. Un ‘mar social’ embravecido que tras el accidentado referéndum del 1 de octubre y su refuerzo con la huelga general dos días después parece haber traído la ‘pleamar’ de este fin de semana. Y hoy llegará la respuesta de la, hasta ahora, mayoría silenciosa que había dejado el escenario a los independentistas.
Medidas las fuerzas durante siete días frenéticos, se abren a partir de mañana nuevas interrogantes en la agitada ‘playa’ catalana. En la calle y, sobre todo, en los despachos, se empieza a conjugar cada vez más el verbo ‘dialogar’. Pero, bajo las llamas del conflicto social, quedan buscar explicaciones al ‘combustible’ que lo ha alimentado. No sólo al ¿Y ahora qué? También al ¿cómo hemos llegado a todo esto?
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Medidas las fuerzas durante siete días frenéticos, se abren a partir de mañana nuevas interrogantes en la agitada ‘playa’ catalana. En la calle y, sobre todo, en los despachos, se empieza a conjugar cada vez más el verbo ‘dialogar’. Pero, bajo las llamas del conflicto social, quedan buscar explicaciones al ‘combustible’ que lo ha alimentado. No sólo al ¿Y ahora qué? También al ¿cómo hemos llegado a todo esto?
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