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Manifestaciones sin violencia.

Cécile Barbeito, Investigadora de la Escola de Cultura de Pau, Universitat Autònoma de Barcelona.
Diagonal Periódico, nº174

A medida que un movimiento ciudadano toma envergadura, como sucede hace meses con el 15M, existen mayores probabilidades de interferencia con la violencia. Un motivo es que, al convertirse en un fenómeno de masas, se diversifican las estrategias de acción. Cuánto más grande es un Movimiento, más difícil es controlar todas sus dimensiones. Otra razón es que, a medida que la contestación va ganando legitimidad, se convierte en un actor incómodo para las autoridades, que aprovechan toda oportunidad para desacreditar o incluso criminalizar protestas.

En efecto, la preparación de la manifestación global del 12M15M se enmarca en un contexto de vulneración de los derechos civiles y políticos (anuncio de nuevas medidas para limitar los derechos de reunión y manifestación), y de amagos de criminalización de la resistencia pasiva, que requiere una reflexión adicional sobre los métodos a utilizar en manifestaciones masivas.

Si es cierto que la violencia callejera del país desde el inicio de la crisis puede parecer insignificante en comparación con la violencia económica y política, es importante tener en cuenta que la violencia callejera o policial contribuye, antes que nada, a crear cortinas de humo que alejan del debate público los motivos por los que protestar y las alternativas de cambio propuestas.

Para que en la próxima movilización del 12M15M prevalezcan los contenidos de transformación social sobre el debate acerca del uso de la violencia, este artículo sistematiza algunas experiencias de distintos países para prevenir acciones violentas en manifestaciones masivas.

Preparar la estrategia noviolenta
Tiempo antes de la manifestación, se puede promover que una convocatoria sea noviolenta mediante:

– Convocatoria: La convocatoria a la manifestación debe explicitar que opta por una estrategia noviolenta, y explicitar cuáles serán las medidas para garantizar que así sea.
– Preparar la estrategia en caso de descontrol: El colectivo convocante debe haber reflexionado sobre el circuito de la manifestación, para valorar qué riesgos puede conllevar pasar por lugares que generan tensión (sede de la Bolsa, comisarías, etc.), y también evitar “ratoneras”, lugares en los que la policía puede arrinconar a manifestantes. Es igualmente importante anticipar posibles desenlaces si se complica la manifestación, y prever alternativas (cambios de recorrido, comunicación clara con las y los manifestantes, etc.).
– Entrenarse en metodologías noviolentas: Puede ser útil haberse formado en formas de autoprotección (hacer el huevo para minimizar el impacto de los golpes) o en formas de resistencia noviolenta (hacer el muerto, etc.). Para ello puede ser útil descargarse de internet alguna de las guías de entrenamiento a la acción noviolenta del Movimiento de Objeción de Conciencia (MOC), probablemente el colectivo del país con más experiencia en este tipo de acciones.
– Organizarse en grupos de afinidad: Como en momentos de tensión es fácil perder el control, es recomendable ir en grupo, con personas conocidas que acompañen en momentos críticos, sepan contener a quién pierda los nervios, cuiden de quien haya sido agredido, etc.
– Desmarcarse de estrategias violentas: Finalmente, y en caso de que grupos ajenos – cualquiera que sea – hayan incurrido en violencia, es importante desmarcarse o incluso rechazar, después de la manifestación, sus estrategias violentas.

Estrategias para rebajar la tensión
Prevenir la violencia física también pasa por rebajar el nivel de tensión. Algunas experiencias de ello han sido:

– Evitar símbolos asociados a la violencia: Evitar símbolos asociados a la violencia como vestirse de color negro, taparse la cara, etc., puede contribuir a crear imaginarios distintos. En este sentido, algunos colectivos optan por utilizar disfraces para desmontar esos símbolos.
– Artes varias: Clowns, malabares, música festiva, etc., ya sea en medio de la manifestación, ya sea delante de la policía, son otro buen antídoto para rebajar tensión. La banda británica Pink Samba utilizó la música como instrumento consciente para rebajar tensión en las protestas anti-globalización de los años 2000.
– Tender puentes con la policía: Si pocos policías dialogan en una manifestación, es importante recordar respetuosamente y sin rabia que su función no es reprimir sino proteger a la ciudadanía – que no el enemigo –, e intentar fomentar el control entre iguales dentro del propio cuerpo policial. En otoño del 2011, ante graves recortes en educación, universitarios chilenos y colombianos desafiaron la represión policial sin confrontarse con “abrazatones” a policías antidisturbios.
– Mediación: Finalmente, pueden preverse roles de interlocución con la policía para informar o pactar la presencia en un espacio durante un tiempo determinado. Es importante que las personas que ejerzan esta interlocución sean representativas de la organización convocante de la acción, y tengan habilidades de negociación.

Neutralizar violentos
Si se prevé que manifestantes o policías puedan llegar a usar técnicas de violencia callejera, se pueden prever las siguientes medidas:

– Cordones: En las manifestaciones en España contra la guerra de Irak se organizaron personas identificadas con un elemento distintivo (brazalete, armilla), situadas alrededor de la manifestación, para confrontar e intentar evitar acciones de violencia callejera. Esta medida es factible si se cuenta con muchas personas para el cordón, si se prevé que haya pocas acciones violentas, y si más manifestantes apoyan a las del cordón increpando las acciones violentas.
– Auto-protección: Cuando es la policía quien ejerce violencia callejera, se puede organizar un cordón de personas preparadas para recibir golpes, como estrategia de denuncia de la represión policial o como autoprotección. Desde mediados de los años ’90 el movimiento italiano Tute Bianche (monos blancos), formó grupos de personas con protecciones en las partes más sensibles del cuerpo. En Barcelona, en el 2001, los y las Invisibles se protegieron con escudos con fotos de personas excluidas de la sociedad en las protestas contra el Banco Mundial.
– Testimonios gráficos: Sacar fotografías y vídeos desde todas las perspectivas es un elemento clave para identificar y controlar a quienes ejercen violencia.
– Desenmascarar: Si se sospecha que policía infiltrada busca criminalizar el movimiento, se puede decidir la consigna de desenmascarar a toda persona que vaya con la cara tapada. Un antecedente bien documentado en una protesta antiglobalización en Canadá, muestra como un sindicalista neutraliza a un policía infiltrado violento instándole a depositar las piedras, y destapando su cara ante las cámaras para identificarlo. Si desde el principio el movimiento 15M adoptó un posicionamiento noviolento, es importante formarse y planificar estrategias para que lo siga siendo.

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