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Entrevista a Vicenç Fisas.

Vicenç Fisas, Director de la Escola de Cultura de Pau, Universitat Autònoma de Barcelona.
El Colombiano

¿Qué piensa sobre la propuesta de hacer una pausa en los diálogos de paz para que el calendario electoral no entorpezca las discusiones en La Habana?
Todo apunta a que no habrá tiempo suficiente para tratar y llegar a acuerdos en todos los puntos de la agenda. Es inevitable si tenemos en cuenta dos cosas; una, que mirando otras negociones en diferentes países, las más rápidas demoran tres años. Por tanto, es normal que no haya tiempo de terminarlo en la presente legislatura. En segundo lugar, estamos hablando de una guerrilla ideológica, que tiene un programa muy extenso y eso no se aborda en pocos meses. En cuanto a si habría que hacer una pausa, es algo que deben hablar y ponerse de acuerdo las dos partes. En algunos procesos de paz no se han parado las negociaciones, y en otros se ha hecho un paréntesis. En todo caso, cuando han existido parones, luego se ha podido continuar la negociación, ya sea con otro presidente. Así que lo que importa finalmente es la voluntad de los sectores políticos y sociales de no romper el proceso, haya o no pausa.

La Agenda para la Terminación del Conflicto contiene cinco puntos y otro adicional de verificación y refrendación; el próximo 18 de octubre se cumple un año de la instalación del proceso en Oslo y solo hay un acuerdo en el primer punto, ¿ve posible que se dé un acuerdo general antes de finalizar el 2013? o haciendo cálculos razonables, ¿cuánto tiempo es necesario para poder llevar a cabo este proceso?
Lo que es seguro es que el proceso no puede terminarse en el presente año. Si necesita de medio año más, un año o dos, dependerá de muchos factores, el más importante de los cuales será la voluntad política de llegar a un acuerdo final. Cuanto antes, mejor, pero no necesariamente hay que poner una fecha límite. Ambas partes saben que la negociación no puede ser interminable, por lo que creo que harán lo posible para apurar los tiempos. Quizá una buena idea sería hacer dos grupos de trabajo simultáneos, que puedan llegar a un consenso, que se sometería a una sesión plenaria de las dos delegaciones.

¿Cómo analiza el estado actual del proceso de paz, su evolución y al parecer falta de dinámica y celeridad en las discusiones en la mesa?
Si uno no está presente en la Mesa de negociación, no puede asegurar que se va despacio. Puede ocurrir, simplemente, que haya muchos temas complejos que necesiten de mucha discusión antes de llegar a un acuerdo. Yo creo que ambas partes no están perdiendo el tiempo y que hacen lo que pueden. Hay que ser más pacientes y confiados.

¿Cómo analiza la discusión del segundo punto de la mesa, Participación Política, que ya lleva 5 meses?
La aparente lentitud es porque se han puesto sobre la Mesa muchos puntos que van más allá de las FARC. Se está hablando de la participación política de otros sectores sociales. Además, hay que tener en consideración las propuestas que muchos sectores sociales, políticos y populares han hecho llegar a La Habana. La metodología participativa que se ha aceptado, retrasa llegar a acuerdos, pero enriquece la discusión.

¿Qué análisis hace frente a las posturas de las dos partes, expuestas en Oslo hace un año, y las de ahora, en La Habana?
No me gustó lo que ocurrió en Oslo. Mucha distancia personal, mucha arrogancia por parte de algunos, discursos dirigidos al propio campo, y nula pedagogía negociadora. Pasado un año, las cosas han cambiado, porque las personas que forman las delegaciones se conocen más. Personalmente les invito a que almuercen juntos y mezclados, hablando de otras cosas diferentes a las de la Mesa. Hay que humanizar la negociación al máximo. Y ojalá eso lleve a que el Gobierno acepte un alto el fuego bilateral. Sin muertos, las discusiones irían a un ritmo mejor.

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