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Según la Escuela de Cultura de Paz, en la mitad de los procesos de paz los grupos armados han tenido que esperar 2 o 3 años antes de presentarse a las elecciones.

Vicenç Fisas, Director de la Escola de Cultura de Pau, Universitat Autònoma de Barcelona.
Comunicado de prensa

Según el director de la Escuela de Cultura de Paz de la Universidad Autónoma de Barcelona, Vicenç Fisas, que además es autor del “Anuario de Procesos de Paz”, la presión para que las negociaciones con las FARC terminen antes de finalizar el año, puede tener efectos negativos sobre el proceso. Cada negociación requiere tiempos diferentes, a veces de varios años, y aunque es deseable que no se eternicen, hay que respetar los tiempos necesarios para superar las normales dificultades que surgen en todos los procesos. En este sentido, sería completamente normal que las negociaciones con las FARC no se terminen hasta bien entrado 2014.

Es también habitual que una negociación empiece bajo un mandatario presidencial y continúen en un segundo mandato, con independencia de si el presidente es reelegido o se produce un relevo en la presidencia. En cualquier caso, nunca se ha interrumpido un proceso de negociación por el hecho de producirse un cambio presidencial. Para Vicenç Fisas, los negociadores de ambos lados pueden proteger las negociaciones, y darles continuidad, durante una campaña electoral, siguiendo el principio de que “nadie se levante de la Mesa de negociación, pase lo que pase en el exterior”.

Tras un acuerdo de paz, todos los grupos armados de un cierto tamaño se convierten en partidos políticos y se presentan a las primeras elecciones posibles. No hay precedentes de cambiar la fecha electoral, por lo que a veces toca esperar dos o tres años para presentarse a las elecciones legislativas o presidenciales, lo que no impide que mientras tanto, el nuevo partido político surgido de los acuerdos de paz haga labores políticas y presente a la sociedad sus propuestas, aceptando debatirlas desde la civilidad.

Todos los procesos de paz terminan con la entrega de las armas, ya sea al Gobierno o a una Comisión Internacional, para que posteriormente sean destruidas o fundidas. En el caso de Irlanda del Norte este proceso se realizó en presencia de un cura católico y de un pastor protestante, sin cámaras ni periodistas, para evitar cualquier sensación de victoria o derrota.

Es de señalar que en todos los casos no se han producido revanchas o represalias hacia los ex miembros de grupos armados. Se les concede una amnistía y, en la mayoría de los casos, los ex combatientes participan en programas de DDR (desarme, desmovilización y reinserción).

Para el director de la Escuela de Cultura de Paz, una vez firmados los acuerdos de paz sería conveniente crear una comisión mixta formada por el Gobierno, las FARC, Cuba y Noruega, que hiciera un seguimiento del cumplimiento de lo acordado.

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El día después tras un acuerdo de paz.

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